Todos sufrimos en mayor o menor medida por diferentes motivos. Algunas personas deciden tomar las riendas de su vida y hacer algo para salir de ahí y, mucha otras, posiblemente la mayoría, deciden no hacer, no actuar, y permanecer inalterables. Cualquiera de las dos opciones, con todas sus variantes y fases intermedias, es válida y digna de respeto.
Con las personas que deciden permanecer como están, no nos queda más que dejar la puerta abierta con amor y respeto.