Para comprender cómo funciona, es necesario recurrir a la Ley de Espejo. Lo que sucede en el afuera, en el exterior, es un espejo de nosotros. La proyección hace que todo lo que percibimos, tanto lo agradable como lo desagradable del otro, tiene que ver con nosotros. A nivel inconsciente, utilizamos la proyección, mecanismo psicológico que permite evidenciar en el exterior los conflictos, emociones y sentimientos.