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SOFROLOGÍA

Sofrología

Fue creada de manera intuitiva en el año 1960 por el Dr. Alfonso Caycedo Lozano, médico colombiano radicado actualmente en España y especializado en neuropsiquiatría. Para perfeccionar su idea y encontrar herramientas que le ayudaran estudió Fenomenología Psiquiátrica con el Dr. Ludwig Binswanger, creador de esa disciplina. Luego, por sugerencia de éste, en 1965 viajó a Oriente a fin de estudiar las antiguas culturas del Yoga, Budismo y Zen. Luego de 2 años y medio de investigación en la India, Tíbet y Japón trajo consigo el conocimiento y las nuevas herramientas que necesitaba, adaptándolas a la mentalidad occidental. Crea entonces en Barcelona la Escuela de Sofrología. Esta disciplina toma su denominación de tres raíces griegas: “sos” que significa equilibrio, armonía, “phren” que se refiere a la unidad mente y cuerpo interactuando con el medio ambiente; y “logos” que significa estudio, tratado o palabra hablada. La Sofrología estudia, por tanto, cómo lograr la armonía de la unidad humana cuerpo, mente y espíritu, en relación con la sociedad y la naturaleza. Desde un enfoque más específico, puede decirse que la Sofrología estudia las dimensiones positivas de las capacidades concientes del ser humano para alcanzar el mayor equilibrio o armonía física, mental y espiritual, en su interacción con la naturaleza y la sociedad. Se entiende por capacidades concientes la memoria, concentración, aprendizaje, comprensión, entendimiento, voluntad, emociones, sensaciones, sentimientos, esquema corporal, etc. El objetivo de la Sofrología es potenciar las dimensiones positivas de cada persona enseñándole a contrarrestar las negativas, como son la desconfianza, inseguridad, miedos, conflictos, inhibiciones, ansiedad, depresión, pensamientos nocivos, obsesiones, traumas, sensaciones corporales de dolor, modos de actuar o de reaccionar repetida e inconcientemente, etc.). Para ello utiliza diversas técnicas y el uso de la palabra hablada, intentando curar, prevenir y facilitar el aprendizaje. A diferencia de otras técnicas que también recurren al empleo de la palabra, la Sofrología no usa la sugestión. Utiliza como herramienta la formación e información impartida a cada persona dejando que desarrolle su propia técnica a partir de la capacidad que posee de ser dueña de sí misma y por tanto de su habilidad mental conciente. La Sofrología ayuda a la persona a contrarrestar cualquier desequilibrio, bloqueo o descompensación que pueda sufrir, y a recurrir a sus propias capacidades naturales y a todo lo positivo que la rodea, rechazando o siendo menos permeable a aquello que para el común de las personas son causa de estrés y somatizaciones. El abordaje terapéutico gira en torno a tres ejes: el esquema corporal, intensificación de las capacidades y valores positivos, y registro o captación de una “nueva” realidad objetiva. Según el Dr. Caycedo, toda persona es capaz de funcionar en diversos estados de conciencia. Considera que, si bien la mayoría de la gente suele permanecer en un estado de conciencia que denomina “ordinaria o normal”, las circunstancias o experiencias negativas, muy comunes en nuestros tiempos, pueden hacerlas pasar a otro estado de conciencia que llama “patológica o alterada”. Mediante la Sofrología, propone capacitar a las personas para que funcionen en un tercer estado de conciencia que denomina “sofrónica o desarrollada” de mayor bienestar. Mediante técnicas tales como ejercicios físicos y de respiración, relajación, concentración, visualización y control mental, en el estado de conciencia sofrónica, la persona aprende a percibir la realidad y circunstancias de una manera absolutamente diferente, clara y positiva. De esta forma, comprueba que hay otra realidad, que las cosas son diferentes de cómo estaba acostumbrada a verlas en su estado habitual de “conciencia ordinaria”. Aprende a tomar conciencia de su cuerpo, a permanecer alerta tanto de sus sensaciones y pensamientos como de aquello que le pueda causar tensiones mentales o musculares. En el estado de “conciencia sofrónica”, la persona aprende a vivir en lo que el Dr. Caycedo denomina “nivel sofroliminal”, un estado más profundo que el estado de vigilia normal, que es de alerta tensa. El nivel sofroliminal es un estado de alerta relajada, que la Sofrología enseña a mantener a voluntad, de mayor percepción, reflexión y atención focalizada. Mediante el entrenamiento necesario, esta técnica ayuda a que paulatinamente se vayan cambiando hábitos nocivos de conducta, muchos de los cuales pueden haber estado profundamente arraigados en el inconciente durante años, y que se manifiestan habitualmente en todo tipo de síntomas. Hay que destacar el carácter curativo, preventivo, pedagógico y terapéutico de la Sofrología. Puede practicarse en forma individual o grupal, pero siempre bajo la supervisión de un sofrólogo profesional. La Sofrología también es útil como método de entrenamiento para personas sanas que desean mejorar su calidad de vida.

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