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Disciplina que recurre a la capacidad que toda persona posee para manifestar sus propios sentimientos y emociones a través de la expresión corporal.
La Danzaterapia ayuda a las personas a reconocer y expresar todo aquello que por una u otra razón reprime. El dejar salir sentimientos y emociones reprimidas produce una profunda sensación de liberación.
La Danzaterapia puede practicarse individual o grupalmente, aunque es en este último caso donde puede aprovecharse y extraerse toda la riqueza de su aplicación.
Cualquiera puede recurrir a esta disciplina. No existen límites de edad o contextura física ni es necesario saber danzar. Esta terapia, incluso, está muy recomendad para discapacitados físicos, ciegos o sordos.
A lo largo del tratamiento, cada paciente va descubriendo su propia capacidad de movimiento. Si bien el terapeuta puede indicar alguna secuencia de movimientos, lo importante es dejarse llevar por la propia inspiración e improvisación. Es en estos casos cuando suelen surgir los conflictos más reprimidos, los que luego son abordados y trabajados, individual o grupalmente, con la supervisión del terapeuta, también mediante movimientos y/o a través de la conversación.
La Danzaterapia puede ir o no acompañada de música o canto. Por supuesto, antes de cada sesión es necesario efectuar ejercicios de precalentamiento para evitar lesiones.
Dolencias, Trastornos y Enfermedades
La Danzaterapia se emplea en caso de trastornos emocionales y nerviosos, estrés, ansiedad, depresión, insomnio, problemas cardíacos, enfermedades psicosomáticas, trastornos de alimentación, bulimia y anorexia, adicciones, falta de integración grupal o social, baja autoestima, inseguridad, trastornos sexuales, dolores articulares, contracturas, problemas de conducta, aprendizaje o concentración. También en casos graves como debilidad mental, síndrome de Down y esquizofrenia.